Que difícil es
escribir sin compañía de momentos adversos. Otras razones cubren el cupo de
sensaciones y relatos, que pueden ser redactados sin más necesidad que un par
de palabras, colocadas, dichas, dispuestas en el momento adecuado, en el lugar
correcto. Precisión. Jodida y perfecta precisión.
Valientes se hacen llamar algunos, nombrados por la cobardía de sus propias apariencias.
Celdas abarcadas por cuatro paredes que se hacen llamar cuartos, luchan por pequeños percentiles, intentos baratos que probablemente caigan en el olvido, de lo que podría ser un mañana. O por qué no un hoy.
Vivir el momento ha sido una frase exprimida demasiado, y aunque el martes, haya pasado a miércoles, el 6 haya pasado al 7, y los 80 se hayan quedado ya atrás, nos daremos cuenta que el momento no es nada. No es absolutamente nada si no lo consideras gratamente como aquello que puede llegar a suponer algo que marque tu jodida vida insípida mirando a los azulejos del suelo con sus correspondientes rayas.
Escribes intercalando conversaciones, no tienes presiones, no tienes tampoco facilidad, pero vomitas formas amorfas que cuando lo lees a la mañana siguiente parece que tienen incluso algo de sentido.
Capacidades infames joder, noches no todo lo oscuras que debieran, pero que poco a poco se van sumiendo en la cera de las velas derretidas y consigues, por fin, ver delante de tus ojos vidriosos aquello que algún tarado llamó luna.
Otros hablarían de lucidez, lúcidas las llamaban en momentos no todo lo normales que podrían haber sido, y menos mal.
Por qué hablar de lucidez si puedes hablar de reflexiones, se oyo de fondo. Reflexiones sin más, paranoyas que dirán algunos, pero... que cojones, son nuestras paranoyas y qué bien quedan encima de un papel carajo.
Maullidos de fondo, o arañazos sin saber distinguirlos teñidos por recuerdos que consiguen cubrir el cupo que los mismos idiotas que se atrevieron a nombrar a la luna llamaron situaciones.
Parece que poco a poco esos excesos de testosterona van dando un enfoque a nuestras vidAs (con A), porque ¿qué somos si no somos lo que queremos ser?. Pues eso, yo quiero ser vida, pero con A mayúscula.
Y a la mierda el dadaísmo, esto en el fondo tiene sentido.
Stare vicino.
Valientes se hacen llamar algunos, nombrados por la cobardía de sus propias apariencias.
Celdas abarcadas por cuatro paredes que se hacen llamar cuartos, luchan por pequeños percentiles, intentos baratos que probablemente caigan en el olvido, de lo que podría ser un mañana. O por qué no un hoy.
Vivir el momento ha sido una frase exprimida demasiado, y aunque el martes, haya pasado a miércoles, el 6 haya pasado al 7, y los 80 se hayan quedado ya atrás, nos daremos cuenta que el momento no es nada. No es absolutamente nada si no lo consideras gratamente como aquello que puede llegar a suponer algo que marque tu jodida vida insípida mirando a los azulejos del suelo con sus correspondientes rayas.
Escribes intercalando conversaciones, no tienes presiones, no tienes tampoco facilidad, pero vomitas formas amorfas que cuando lo lees a la mañana siguiente parece que tienen incluso algo de sentido.
Capacidades infames joder, noches no todo lo oscuras que debieran, pero que poco a poco se van sumiendo en la cera de las velas derretidas y consigues, por fin, ver delante de tus ojos vidriosos aquello que algún tarado llamó luna.
Otros hablarían de lucidez, lúcidas las llamaban en momentos no todo lo normales que podrían haber sido, y menos mal.
Por qué hablar de lucidez si puedes hablar de reflexiones, se oyo de fondo. Reflexiones sin más, paranoyas que dirán algunos, pero... que cojones, son nuestras paranoyas y qué bien quedan encima de un papel carajo.
Maullidos de fondo, o arañazos sin saber distinguirlos teñidos por recuerdos que consiguen cubrir el cupo que los mismos idiotas que se atrevieron a nombrar a la luna llamaron situaciones.
Parece que poco a poco esos excesos de testosterona van dando un enfoque a nuestras vidAs (con A), porque ¿qué somos si no somos lo que queremos ser?. Pues eso, yo quiero ser vida, pero con A mayúscula.
Y a la mierda el dadaísmo, esto en el fondo tiene sentido.
Stare vicino.
Miercoles, 25 de Julio de 2012
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