Inmiscuirme,
en mis ideas (más que pensamientos) sería cavar un
pozo sin fondo,
en los tuyos sería encontrar la panacea a los
problemas.
Dejamos de pensar en
números , por aquella importancia que tomaron las letras.
Diseminamos individualismos que no echaron raíces,
tiramos esa bola entre el rojo y el negro apostando
por la opción más difícil
Nos aferramos a aquello que más interesaba sin saber
cómo quererlo,
englobamos en pequeños pasajes de espacio y de tiempo lo que consideramos relevante,
para acabar enredados.
Sin cuerda.
Ese nudo invisible,
parecido, a uno de corbata al volver,
cuando el sol te amenaza por
el horizonte.
Sabiendo leer en alto, escribir parece la opción más
valiente,
pudiendo destacar el "la", o algunas
letras anteriores.
El rodeo incesante de
las palabras sigue siendo ese juego,
que para algunos no cobrará ningún tipo de
significado
porque están vacíos por dentro.
Mientras,
unos pocos,
cada vez procuramos ahogarnos más, hasta notar esa
presión en el pecho,
influida tal vez por el humo,
o por no apretar el puño más de la cuenta cuando en
el fondo,
estás deseando hacerlo.
Lo importante no es apostar,
sino saber quién te
está apuntando.
miércoles, 3 de Abril de 2013
No hay comentarios:
Publicar un comentario