Amagos
de
poesía que no supieron teñir letras.
surgidos en la oscuridad del momento,
o porque se acabó calentando la copa.
Amagos
de fuerza que se escapaban entre un par de piernas,
que hubiesen provocado
un suspiro,
a tipos que no conocían nada más añadido a su
desámino por naturaleza
Amagos
de reacciones que no fueron las esperadas,
pero que tampoco diferían
de lo que soléis llamar
"razón"
Amagos
de vida, que no cumplieron unas expectativas
afianzadas,
ni un futuro.
Amagos que mandamos a tomar por culo,
eligiendo una buena carta,
una buena mano,
una partida, que no acaba.
martes, 23 de Octubre de 2012
No hay comentarios:
Publicar un comentario