domingo, 12 de junio de 2022

She Drives A Second Generation Four Door Plymouth Satellite

 La literatura supuso algo que mucha gente jamás supondría.

Que nunca fuese parte.
Que tú, con tu pelo largo, liso, eligieses que otro eligiese por ti.
La capacidad de perder.

 Cuando también se puede perder el culo por alguien.

El error de elegir, de decidir sobre algo de abalanza sobre eso que de verdad supone, y eso es una línea recta.
Ojalá hoy, después de haber doblado el chaleco hubiésemos respirado un poquito más tranquilos.
Pero sigo sin verlo cuando me enciendo.

Te cruzas.

Esto no deja de ser un idioma que se tiene que entender, porque interpretaciones puede tener muchas, pero los significados son más concretos.

Como si se tratase de una articulación del cuerpo, de cintura para arriba.

Nos castigamos por lo que no fue.

 ¿O por lo que no fui?

Sigo con cosas pendientes que hacer, y que preparar por eso de la docencia y congresos más obligados que otra cosa.

Y fíjate, aquí pensando que igual te rentaría que fuésemos a ver “El Pato Salvaje de Ibsen”, pero menudo jaleo porque solo quedan 10 días e igual es hasta un poco raro.

Más que nada porque cuando todo el mundo perdía referencias parecía que esta obra ayudaba a consolidar lo que un día idealizábamos.

No planifiqué absolutamente nada.
Me dio bastante igual el tempo de rozar el cielo, el dónde o el cuándo comer.

Solo planifiqué una noche y sin querer nos vimos un poco entrelazados.

O igual no pasó y al final solo fue algo que quería sujetar entre algodones.

El caso es que parece que la línea a veces, y no por nosotros, se vuelve un poco más curva e incluso como si fuese a llegar a tocarse





No hay comentarios:

Publicar un comentario