domingo, 26 de abril de 2020

Ombligo.


Nos quejamos de vicio. 
Y por eso del anonimato y el halo de misterio que atrae me limitarse a contar situaciones pero no a dar nombres para poder identificarnos con alguien que seguro todos conocemos.

Parece que las cuestas arriba solo son importantes desde abajo, y una vez que tocamos la cima todo el trabajo de antes no vale de nada. No hablo de esfuerzos en relación a vida laboral o esfuerzos para conseguir metas personales. Hablo de esfuerzos que conllevan ganar o perderlo todo. 

Hablo de una lucha entre vivir, o pasar a "mejor vida" como diría aquel.

Creo, que podrías ser ejemplo de superación para mucha gente y creo que si alguien puede hablar de las cosas eres tú que luchas. Tú qué alguna que otra vez has tenido casi un pie más allá que acá, y tú que has dejado que unos de verde den rienda suelta a su imaginación entre duodeno,yeyuno e íleon. 

Qué difícil es valorar nimiedades cuando has tenido cosas de las que de verdad preocuparte. Y qué rabia da que los pensamientos que concurren continuamente como metros pasando sean la mayoría tan burdos y absurdos.

Tú que luchas entre más o menos cicatrices cerca del ombligo porque no se portó como se tenían que portar esas laparoscopias.

Supiste agarrarle de la corbata al miedo y decirle: -Mira imbécil, no estoy para bromas- con una sonrisa de oreja a oreja.

Identificaos con todos esos casos de luchadores que tenéis en vuestro día a día, espero que no hayáis sido vosotros.

Y si eres tú, lo siento por caer en la tentativa de lo burdo pero es nuestra vida de escape. Y enhorabuena por haber sido ejemplo por y para tanta gente.

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