viernes, 14 de febrero de 2020

Borbotones.


Neruda empezó una vez diciendo que podía escribir los versos más tristes esta noche.

Yo no voy a hacerlo.

Escribo esto por la necesidad plena de cuando rebosan las palabras en la cabeza y sacarlas en fila india calma los demonios, pero sobre todo lo escribo por agradecimiento.

Resumir a veces es necesario pero es incompleto, se pierden matices. Nunca será igual ver una película que leer un libro por el libre albedrío de la imaginación, pero si me pusiesen un revólver en la cabeza asegurándome que la bala que queda en el tambor es la que saldrá cuando baje el percutor diría: gratitud.

Todo es crecimiento personal, todo son gracias desde lo más humilde de la palabra, sin pompa y boato.

“La noche está estrellada y tiritan los astros a lejos”, como una estrella cuando llega a su final que se apaga antes de una gran explosión, ese tintineo constante cuando pones la mirada hacia arriba desde un jardín más tranquilo que otros, con faros que reverberan. 

Las estrellan tiemblan por miedo, a mi no me engañan.

“A lo lejos alguien canta”. El concierto sigue y desafina. Se rompen las cuerdas de las guitarras, se quiebra el cuero de cualquier tambor, se rompen los cristales en mil trocitos en el suelo y algo también se rompe por dentro. Se rompe no por necesidad. Lo rompe la rabia. Lo rompe la impotencia. 

La inseguridad. 
La incertidumbre. 
El miedo de esas estrellas.

“La misma noche que hace blanquear los mismos árboles”, que seguirán siendo los mismos, pero no volveremos a verlos con los mismos ojos. Parques de mierda, solo acaban congregando sentimientos. Siguen siendo el mejor escondite aunque pasen los años. 

Son el paseíllo del que sacaban de casa. 
Son el mensaje previo sin palabras.

Enfrentarte al mismo folio en blanco que cuando con algo de olor a ginebra después de haber estado en algún sitio que se llama como donde duermen los aviones, aparecían las musas y salían las letras de canciones solas.

Las mariposas no revolotean en el estómago.
Están atadas.
Y cuando salen arrancan lo que pillan.

No estoy de acuerdo con esto que escribe. Los 5 últimos versos, ni para hacer la O con un canuto.

Que le den a Neruda.

Seria (chica) ser ella misma. Mírala cómo bebe las cervezas. Qué fácil parece enamorarse.
Si cruza por debajo del cielo, por debajo de esas estrellas, solo el tonto sigue mirando al cielo.

Volvemos a los orígenes.
Volvemos a las óperas primas.
El realismo sucio sigue con sus borbotones entrando por la puerta.

Que le sigan dando a Neruda.

Me sigo quedando con Escandar.

- No vuelvas a fumar eh?.
Y yo mientras pensando en donde podría comprar tabaco a esas horas.

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